Yo no soy así!


Yo no soy así! Darnos cuenta de esta realidad es muy difícil cuando estámos inmersos en la problemática y caminando bajo la sombra del síntoma.

Es bastante común escuchar pacientes que se apropian de los sintomas que padecen y los integran a su forma de concebirse, dándole acceso a su identidad.  "Soy depresivo" "soy bipolar" "soy...etc". Nuestra identidad no debería verse modificada por los síntomas, ya que su función no es definirnos sino ponernos en alerta.  Como Lacan sugiere, el síntoma es una metáfora, un lenguaje simbólico que tras los efectos del desplazamiento, intenta comunicar una realidad interna.

Yo no soy así, NO SOY depresivo, yo atravieso una depresión, los síntomas me indican realidades momentáneas pero que pueden remitir; que no me conforman como persona.  Debemos entender que el síntoma nos indica, nos introduce en un estado de alerta, que se aloja en nuestra cotidianidad para presionarnos al cambio.

Yo soy....¡no!. Yo sufro, yo padezco, yo siento.... pero yo soy una persona mucho más amplia que mis problemas.   Nadie habla sino de su propio síntoma, todo se vuelve difuso si nos aliamos al mismo, el síntoma debe ser interpretado, entendido y  trabajado.

El cuerpo habla lo que no podemos elaborar con recursos psicológico, el síntoma no es un enemigo, sólo trata de ayudarnos a identificar problemas más profundos, pero tampoco es mi amigo, mi referente, no es un carnet de presentación, no nos define ni nos caracteriza, es un lenguaje al cual no debemos apegarnos demasiado, porque la idea es hacerlo desaparecer.

Yo soy... más fuerte que mis síntomas.


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